Trombosis Venosa Profunda (TVP) en la mujer. ¡Evítala a tiempo!

No debemos pasar jamás por alto el estado de nuestras varices, ya sean éstas grandes o pequeñas, inminentes o de largo recorrido. Es necesario tenerlas diagnosticadas y controladas y, por supuesto, someterlas a seguimientos vasculares periódicos que eviten posibles complicaciones como el tromboembolismo venoso.

La insuficiencia venosa afecta en nuestro país al 40% de mujeres de entre 25-65 años. Así lo asegura el Dr. Rubén Rodríguez Carvajal, director de IVEI | INSTITUTO VASCULAR Y ENDOVASCULAR INTERNACIONAL, uno de los referentes de esta especialidad en nuestro país y, por supuesto, un doctor más que acostumbrado a lidiar cada día con las particulares manifestaciones de la patología venosa y arterial en la población femenina.

La evidencia más clara de que estamos sufriendo una insuficiencia venosa son las varices que, en sus primeras fases, se manifiestan en forma de arañas vasculares. Con el tiempo la Insuficiencia Venosa puede evolucionar hacia telangiectasias -más o menos ramificadas y extendidas-, varices en relievevarices de grosor severo -o tronculares– e, incluso, la alteración de los tejidos con la formación de úlceras venosas.

Quizás porque estamos excesivamente acostumbrados a considerarlas como un mero problema estético, quizás porque nos parecen una patología “menor” que se sobrelleva en silencio, lo cierto es que las mujeres suelen tener sus varices infradiagnosticadas.

Al margen de los inesteticismos que acarrean las varices en las piernas y que ocasionan problemas sociales como la evitación del uso de prendas cortas, es absolutamente necesario cobrar conciencia de que la enfermedad varicosa es relevante y puede influir muy negativamente la calidad de vida.

Por ello, sobre todo si somos población femenina, no debemos pasar jamás por alto el estado de nuestras varices, ya sean éstas grandes o pequeñas, inminentes o de largo recorrido. Es necesario tenerlas diagnosticadas y controladas y, por supuesto, someterlas a seguimientos vasculares periódicos que eviten posibles complicaciones.

Pero… ¿Qué es exactamente una Trombosis Venosa?…

Una trombosis es básicamente el paso de la sangre de estado liquido a sólido. Esto ocurre gracias a que la sangre transporta células y componentes que nos permiten generar un “tapón” en el caso de que tengamos un sangrado, es por lo tanto un “mecanismo de protección” de nuestro propio cuerpo.

El problema radica cuando este paso de liquido a sólido se produce dentro de los vasos sanguíneos. Enfermedades de la sangre combinadas con situaciones particulares como la presencia de varices, que provocan una disminución y enlentecimiento significativo del flujo sanguíneo, pueden desencadenar el estancamiento y el paso de la sangre a estado sólido, es decir, a la formación de un trombo.

Cuando este trombo se produce dentro de una vena, dificulta el retorno de la sangre hacia el corazón, provocando la congestión del territorio del que procede la sangre. Además, ese trombo puede movilizarse por el sistema venoso, viajar a través de los vasos siguiendo el flujo sanguíneo y acabar enclavado en la circulación pulmonar, situación que se conoce como Tromboembolismo Pulmonar y que tiene una elevada mortalidad.

Por ello, tal y como sugiere el Dr. Rubén Rodríguez Carvajal, “las revisiones periódicas de las varices son absolutamente necesarias para mantener un control sobre el avance de la enfermedad y poder actuar a tiempo” y porque, en función de su grado más o menos patológico con una pequeña intervención podremos evitar problemas futuros más importantes como el accidente tromboembólico venoso o la aparición de úlceras en la piel”.

Y ¿Qué síntomas suele presentar una trombosis asociada a insuficiencia venosa y varices?…

Lo primero que debemos saber es que una trombosis puede manifestarse de dos formas:

  1. Una más superficial y menos peligrosa, cuya manifestación clínica es el súbito aumento del tamaño, textura y color de nuestras varices. En este estadio pueden convertirse en una especie de “cordón” azulado o rojizo, caliente y duro al tacto y apreciable a simple vista que, además, resulta muy doloroso al tacto.
  1. Otra más severa, y realmente peligrosa, que se suele manifestar con un calor y fuerte opresión en la extremidad afectada, acompañados de un súbito aumento de diámetro que se puede extender desde la pantorrilla hasta el muslo en función de la extensión de territorio venoso afectado.

En las situaciones más severas puede aparecer incluso rigidez de la extremidad afecta, que se nota extremadamente dura y que suele quedarse totalmente azulada o prácticamente lívida. “Mucho cuidado porque, si esto ocurre, significa que la sangre está drenando ya con muchísima dificultad y que es extremadamente necesario iniciar un tratamiento de forma urgente”.

 

¿Qué ocurre en la atención urgente de una trombosis venosa severa en la pierna?…

Como sostiene el Dr. Rubén Rodríguez Carvajal,estamos frente a una emergencia médica que puede derivar en complicaciones potencialmente mortales y que necesita un diagnóstico e intervención inmediatos. Por ello, acudir al área de urgencias hospitalarias de referencia es vital ante el inicio de posibles síntomas.

El protocolo habitual es que al paciente se le realice una analítica sanguínea y un Eco-Doppler o ecografía del sistema venoso de la pierna para verificar o descartar que nos encontramos ante un evento tromboembólico de miembros inferiores (MMII). Gracias a este procedimiento, se confirma o descarta el diagnóstico, “se evalúa la gravedad del cuadro, se ubica el trombo y se obtiene en tiempo real del estado de la vena y de los posibles cambios en la dinámica del flujo venoso”.

Una vez cribada y clasificada la trombosis, un equipo multidisciplinar formado fundamentalmente por médicos internistas y angiólogos y cirujanos vasculares decidirá cuál es la mejor actitud a seguir en función de cada caso. En las trombosis que afectan a venas más proximales (más grandes) como son la vena iliaca o la vena femoral, que suelen ser además las de mayor riesgo de tromboembolismo y mayor gravedad clínica, una actuación rápida y un correcto planteamiento es fundamental para optimizar los resultados y evitar complicaciones a corto, medio y largo plazo.

En estos casos de trombosis de venas grandes, el angiólogo recurrirá a diferentes procedimientos intervencionistas para eliminar el trombo de la vena y tratar la causa en caso que lo haya. En IVEI, disponemos y manejamos la última tecnología intervencionista para estos tratamientos.

Mediante una punción percutánea podemos acceder al sistema venoso y mediante trombectomía reolítica podemos disolver y aspirar el trombo reciente. Además, podemos tratar posibles síndromes compresivos en el mismo acto terapéutico mediante la implantación de Stents diseñados específicamente para el sistema venoso.

 

¿Cómo puede prevenirse esta patología?…

Como comentábamos al inicio de este post, las varices son debidas en última instancia a una disfunción del sistema venoso, devenida muchas veces de factores genéticos y, a su vez, agravada por hábitos de vida no saludables como el sedentarismo, el sobrepeso o la necesidad laboral de pasar muchas horas de pie.

Una vez aparecen las varices tronculares, las más grandes y con relieve, deberemos focalizar todos nuestros esfuerzos en conseguir un buen diagnóstico de la causa y buen planteamiento terapéutico para evitar -como hemos visto- que puedan derivar en una trombosis venosa superficial y -en los casos más extremos- en un accidente tromboembólico.

Por tanto, si sospechas que puedes estar padeciendo una trombosis venosa profunda o sufres de varices avanzadas que la puedan llegar a provocar, nuestra recomendación es la visita al angiólogo y cirujano vascular, que es “el profesional médico autorizado para evaluar la patología varicosa de manera correcta”, y que pautará un calendario de revisiones en el que se vigilará el tamaño, color, forma y profundidad de las varices.

En IVEI | INSTITUTO VASCULAR Y ENDOVASCULAR INTERNACIONAL, además, estamos sobradamente capacitados para intervenir todo el espectro y modalidades de esta afección. Bien de manera mínimamente invasiva siempre que sea posible, o bien mediante cirugía abierta, siempre con la última y más eficaz tecnología vascular.