En IVEI llevamos años estudiando y tratando la Insuficiencia Venosa de las extremidades y el síndrome varicoso en todo sus espectros. Desde un punto de vista médico, es importante diferenciar y catalogar las varices en función de su gravedad, para poder establecer un plan terapéutico individualizado con unos objetivos específicos y concretos.
Las varices, de un modo sencillo y fácil de comprender, pueden catalogarse en varices estéticas (teleangiectasias o arañas vasculares, varículas o varices reticulares) o varices patológicas (varices tronculares, grandes y en relieve).
VARICES ESTÉTICAS:

Las telangiectasias o arañas vasculares son varices de muy bajo grado patológico, muy superficiales y localizadas en las capas altas de la piel. Generalmente solo son un problema estético pero, en determinadas ocasiones, pueden producir sensación de pesadez y cansancio en las piernas.

Se distribuyen principalmente por el tejido subdérmico, y no suelen constituir un riesgo importante para la salud. Aun así, en ocasiones, redes reticulares muy extensas sí pueden provocar síntomas relevantes y estar asociadas a presencia de Insuficiencia Venosa en otros segmentos como por ejemplo en la pelvis.
VARICES PATOLÓGICAS:

En el caso de las varices tronculares -denominadas así debido a que se originan por fallo de alguno de los troncos safenos principales-, el simple hecho de que se acompañen de síntomas ya nos marca la necesidad de aplicar un tratamiento definitivo. Son de gran tamaño y, por lo general, muy dolorosas.

Representan el estadio más avanzado de la enfermedad varicosa, donde el tejido resulta dañado debido a una inflamación crónica producida por un retorno venoso muy deficiente. Suelen traducir una Insuficiencia Venosa severa en alguna vena principal del sistema superficial, aunque también pueden deberse a defectos de función en sistema venoso profundo. Suelen aparecer en la zona del tobillo sobre un tejido que previamente se ha vuelto de color marrón. Su forma suele ser geográfica, son dolorosas y muy difíciles de curar si no tratamos el origen del problema.